Reseñas y opiniones de libros, voz en poemas, algún escrito propio.
Cualquier cosa improvisada dentro de esa magia que llamamos literatura.

domingo, 17 de febrero de 2013

"Soneto V" Garcilaso de la Vega

Una tarde de domingo puede ser la prueba palpable de que cualquier situación puede arreglarla un libro.
Minucias diarias que pueden marcar tu vida.

Una tarde que empieza temprano, en la que se planean hacer un montón de cosas y el universo parece conspirar para que sea imposible, y lo único que te deja hacer es subir y bajar a través de un cristal, viendo como todo está estático fuera de esa cápsula.
La sensación de estar en un agujero.

Y, de pronto, un vistazo en una librería, una edición que huele a libro de otra época.
El libro se abre por la página que ha elegido y vuelve la magia.

Puede pasar, por ejemplo, en una estación de metro. Los versos te buscan, los compartes con alguien y, sucede: la mirada más importante de tu universo conecta directamente con tu propia mirada.
La lluvia lo ha limpiado todo, las miradas se buscan con ilusión, y el día se ha convertido en un día digno de ser vivido.

Esta pequeña anécdota es mi introducción a este soneto.
Que sigue cortando almas a medida.


Fotografía: Indiana Forti ("No rostros")
www.indianaforti.com

 Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo que aún de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

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