Reseñas y opiniones de libros, voz en poemas, algún escrito propio.
Cualquier cosa improvisada dentro de esa magia que llamamos literatura.

sábado, 2 de febrero de 2013

"No quiero que te vayas" Pedro Salinas

Alguna que otra vez he pensado sobre el hecho de que en el mundo exista una persona que eclipsa a todas las demás. Y, como en casi todas las cuestiones del alma, no he llegado a ninguna conclusión. Sólo se siente.
Igual pasa con un director de cine, un escritor, un pintor o un grupo de música. De pronto, descubres tu predilección inexplicable.
Esto me ocurre con este poema de Salinas: se convirtió en mi predilecto.
Por semejanza, porque siempre quise explicar lo que dicen estos versos y sólo él pudo o por muchos motivos que, al final, ninguno tiene una explicación tan real como si digo que, simplemente, se me metió en el alma.


No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.

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